La prehistoria y la cosmética rudimentaria

La prehistoria y la cosmética rudimentaria

Se han encontrado rastros de arcilla roja en algunos restos arqueológicos.

Los hombres y mujeres prehistóricos ya conocían y usaban el maquillaje, aunque hay especulaciones sobre su posible finalidad: si lo usaban para realzar la belleza, para celebrar un acto fúnebre o para iniciar un ritual, o bien una combinación de los tres ejemplos citados.

Se podría decir que los orígenes de la estética se remontan a la prehistoria. A través del arte y de los instrumentos de uso cotidiano que han llegado a nuestros días, podemos ver como ya entonces existía una preocupación por la belleza.

La mujer de la edad de piedra se hacía en la cara manchones de barro de color (posiblemente rojo). Entre los hallazgos más antiguos que hacen alusión al incipiente interés femenino por la belleza, encontramos un grabado en las cercanías de Oslo, Noruega, que reproduce la figura de una mujer embadurnándose con grasa de reno, animal que está al lado de la figura femenina. Según deducen de la interpretación de las pinturas rupestres las mujeres del paleolítico, ya usaban mejunjes para colorear de marrón rojizo las diferentes partes del cuerpo.

Los productos de que disponía la mujer prehistórica se limitaban, prácticamente, a la arcilla, tierras de pigmentos colorantes o toscos productos elaborados a partir de grasas animales. El afeite más antiguo que se conoce estaba compuesto de sulfuro de antimonio.

En otros lugares también se han hallado representaciones de mujeres simbolizando la preocupación de estas por el cuidado de su belleza, por ejemplo, en Austria, la conocida Venus de Willendorf, y en la Costa Azul francesa, La Venus de Grimaldi.

En la edad del bronce los cazadores y danzantes se teñían parte de su anatomía de rojo y negro, y se embadurnaban el pelo con alguna arcilla. Se han hallado pequeños contenedores de huesos vaciados con pastas coloreadas hechas de grasas y óxidos de hierro o magnesio que pueden haber sido utilizados en la prehistoria para proteger el cuerpo de los rayos del sol.

Lo neandertales se colgaban collares hechos con conchas, se maquillaban y, por si fuera poco, se adornaban con vistosas plumas de aves, según un estudio internacional en el que participó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El empleo de plumas de córvidos y rapaces como ornamentación para el cuerpo refuerza la idea de que tenían pensamiento simbólico y los acerca aún más al Homo sapiens.

Dentro de la historia del maquillaje, los principales registros de su utilización se remontan a los antiguos imperios de Egipto y Roma.

Fuente: blog marketingcosmeticaperfumeria.wordpress.com