La cosmética es una disciplina derivada de las ciencias de la salud que se encarga de la fabricación de productos para ser utilizados por el usuario con el objetivo de tratar diferentes problemas estéticos. En este sector de la industria de la belleza se incluyen los productos destinados a la cosmética facial, corporal y capilar.
Es muy importante saber que legalmente se considera cosmético a cualquier sustancia o preparado que se destine a poner en contacto con las diversas partes de la superficie corporal o los dientes y las mucosas bucales con el objetivo de limpiarlos, perfumarlos, modificar su aspecto, mantenerlos en buen estado o protegerlos.
Es aquí donde hay que ser muy conscientes de qué sustancias ponemos en contacto con nuestra piel y cuáles pueden ser los efectos perjudiciales o beneficiosos a corto o larga plazo. Necesario conocer los ingredientes que componen nuestro cosmético, las diferentes certificaciones nacionales, europeas y privadas para ejercer nuestro derecho a elegir entre uno u otro producto.
La tendencia del mercado es la de encaminarse hacia la sostenibilidad, las fórmulas minimalistas, los ingredientes naturales, lo artesano y al concepto de “skinimalismo” dirigido a reducir y simplificar las rutinas de limpieza, hidratación y protección. Además, se busca apoyar a las comunidades donde se fabrica el producto y no donde se encuentra el consumidor vinculando así la transparencia y la sostenibilidad.
En definitiva, la cosmética de hoy debe aportarnos una piel luminosa, sana y con un aspecto natural con rutinas y métodos de uso fáciles y sostenibles.